Esta asombrosa película tan poco
conocida trata sobre la relación de Federico García Lorca y Eugenio Salvador
Dalí cuando ambos junto con Luis Buñuel empezaron a desarrollar sus talentos artísticos
como estudiantes universitarios en España (Madrid) en los años de 1920.
Salvador Dalí llega a Madrid en 1922 a la residencia de estudiantes,
allí se encuentra con las elites culturales españolas. Pasa cada día perfeccionando
su pintura y se rodea dentro de un círculo de artistas donde crea un gran vínculo
con el poeta Federico García Lorca y el futuro cineasta Luis Buñuel.
La relación de Federico y Salvador se
complica cuando Lorca empieza a sentirse atraído por Dalí y este queda fascinado
por él. Luis comienza a sentirse apartado por sus dos compañeros. Federico y
Salvador viajan juntos a la residencia de este último en Cadaqués. Federico
queda totalmente enamorado de Salvador y su relación se va haciendo más intima
hasta que una noche se convierte en algo más.
Luis que se había trasladado a Paris
hace una visita a sus dos amigos pero a la vuelta sospecha en el cambio de
relación de estos y lo desaprueba. Dalí que se siente agobiado por Lorca e
incapaz de mantener una relación con el decide marchase con Luis a Paris para
perfeccionar su arte y dar un paso mas en su carrera. Allí se relaciona con
Picasso y conoce a Gala que era la pareja de este.
Gala despierta en Dalí un sentimiento, convirtiéndola en su propia musa. Lorca le hace una visita a Dalí y descubre
que su amigo ha cambiado tanto en su forma de vida, sus ideales políticos y su orientación
sexual y el amor que sentía hacia él había desaparecido. Federico que seguía
enamorado él, vuelve a su tierra y finalmente la película termina con su trágico final.
Poema de Federico García
Lorca
Los caballos negros son.
Las herraduras son negras.
Sobre las capas relucen
manchas de tinta y de cera.
Tienen, por eso no lloran,
de plomo las calaveras.
Con el alma de charol
vienen por la carretera.
Jorobados y nocturnos,
por donde animan ordenan
silencios de goma oscura
y miedos de fina arena.
Pasan, si quieren pasar,
y ocultan en la cabeza
una vaga astronomía
de pistolas inconcretas.
Las herraduras son negras.
Sobre las capas relucen
manchas de tinta y de cera.
Tienen, por eso no lloran,
de plomo las calaveras.
Con el alma de charol
vienen por la carretera.
Jorobados y nocturnos,
por donde animan ordenan
silencios de goma oscura
y miedos de fina arena.
Pasan, si quieren pasar,
y ocultan en la cabeza
una vaga astronomía
de pistolas inconcretas.
¡Oh ciudad de los gitanos!
En las esquinas, banderas.
La luna y la calabaza
con las guindas se conserva.
¡Oh ciudad de los gitanos!
Ciudad de dolor y almizcle,
con las torres de canela.
En las esquinas, banderas.
La luna y la calabaza
con las guindas se conserva.
¡Oh ciudad de los gitanos!
Ciudad de dolor y almizcle,
con las torres de canela.
Cuando llegaba la noche,
noche que noche nochera,
los gitanos en sus fraguas
forjaban soles y flechas.
Un caballo malherido
llamaba a todas las puertas.
Gallos de vidrio cantaban
por Jerez dela Frontera.
E l viento, vuelve desnudo
la esquina de la sorpresa,
en la noche platinote,
noche, que noche nochera.
noche que noche nochera,
los gitanos en sus fraguas
forjaban soles y flechas.
Un caballo malherido
llamaba a todas las puertas.
Gallos de vidrio cantaban
por Jerez de
E
la esquina de la sorpresa,
en la noche platinote,
noche, que noche nochera.
....
Eugenio Salvador Dalí, obra “Cenicitas” titulado así
por su compañero Lorca.